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La Papaya, una fruta sabrosa e ideal para dietas

Desde hace unos años las frutas tropicales han invadido nuestras fruterías, algunas con mayor éxito que otras. Una de las injustamente desafortunadas es la papaya que, además de exótica, puede ser una muy buena incorporación a tu dieta. ¡Descubre los beneficios que te ofrece!

La papaya es originaria de Centroamérica, aunque su cultivo se ha ido extendiendo por el mundo. Hoy en día se produce en lugares tan alejados entre sí como Florida, Sudáfrica, África Occidental, India, Australia, el archipiélago malayo, Canarias y, por supuesto, en América Central y los países de la zona septentrional de Sudamérica.

Beneficios de la papaya

Una de sus propiedades más conocida es la diurética, puesto que ayuda a prevenir el estreñimiento gracias a su alto contenido en agua y fibra. Además, puede ser también de gran ayuda en caso de sufrir gastritis, inflamación abdominal o colitis.

Solo 100 gramos de papaya cubren nuestras necesidades diarias de vitamina C, ya que contiene mayor cantidad que los cítricos. Esta vitamina aumenta nuestras defensas, ayuda a la creación de colágeno, favorece la absorción del hierro y es antioxidante. En esos mismos 100 gramos, el contenido en vitamina A corresponde al 25 por cierto de la cantidad que necesitamos al día. Con ella nos protegemos del efecto del sol, mejoramos nuestras mucosas, piel y sistema inmunitario. Esta fruta también nos ofrece ácido fólico y vitaminas de grupo B.

Además, contiene minerales como el magnesio, el potasio, el calcio o el fósforo. En Asia la utilizan para ayudar a mejorar los problemas menstruales. Y por si todo lo anterior no fuera suficiente, ¡100 gramos de papaya nos aportan únicamente unas 30 calorías!

Las semillas de papaya

La papaya elimina los parásitos intestinales y las amebas, especialmente si comemos sus semillas. Tanto el zumo de papaya como sus semillas mejoran la función de los riñones y combaten la insuficiencia renal.

Sus semillas se pueden comer enteras o podemos secarlas, después molerlas y tomarlas mezcladas con agua o un zumo. Si no nos gusta el sabor, se les puede añadir azúcar o miel. También cumplen una función cicatrizante y pueden resultar útiles para eliminar verrugas, así como otros problemas de la piel.